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| Faro de Corcubión |
En la boca de la ría de Corcubión, donde el Atlántico se estrecha antes de abrazar los puertos de Cee y Corcubión, se alza un faro pequeño pero esencial: el Faro de Corcubión, también conocido como Faro de Cabo Cee o Faro de Laxe de Fora. Su luz, inaugurada el 31 de julio de 1860, lleva más de siglo y medio guiando a los navegantes que se adentran en una de las rías más salvajes y hermosas de Galicia.
Un faro humilde, pero imprescindible
A diferencia de otros faros monumentales de la Costa da Morte, el de Corcubión destaca por su sencillez:
• Edificio cuadrado, de piedra, con tejado a cuatro aguas.
• Torre adosada al muro sur, donde se sitúa la linterna.
• Plataforma elevada que lo protege del oleaje y del viento atlántico.
Su misión es clara: señalar la entrada a la ría y advertir de los peligrosos bajos e islotes que la rodean, especialmente Lobeiras y Carrumeiro, auténticas trampas para la navegación desde el siglo XIX.
Un punto estratégico en la Costa da Morte
La Comisión de Faros decidió su construcción en 1847, consciente de la necesidad de una luz que ayudase a los barcos a sortear los escollos antes de alcanzar aguas más tranquilas.
Tras varias mejoras, el faro fue automatizado en 1934, lo que permitió su funcionamiento continuo sin presencia permanente de fareros.
Hoy forma parte de la Ruta de los Faros de la Costa da Morte, un itinerario que une algunos de los paisajes más impresionantes del litoral gallego.
Un entorno para disfrutar con calma
El faro se encuentra en un enclave perfecto para pasear y contemplar la ría desde una perspectiva diferente. Desde su entorno se divisa:
• La ría de Corcubión, amplia y serena.
• El perfil del Monte Pindo, el “Olimpo celta”.
• La línea que une Fisterra con Carnota, uno de los tramos más bellos de la costa gallega.
Es un lugar ideal para fotografía, para una parada tranquila en ruta o para combinar con visitas a la villa histórica de Corcubión.
Cómo llegar
El faro está situado en Cabo Cee, muy cerca de la carretera que une Cee con Corcubión. El acceso es sencillo y permite llegar prácticamente hasta la base del edificio.
Una luz discreta que sigue cumpliendo su misión
El Faro de Corcubión no busca protagonismo: su belleza está en la función, en la historia y en la serenidad del paisaje que lo rodea. Es una parada perfecta para quienes quieren conocer la Costa da Morte más allá de sus iconos más famosos.